Pensamiento

Las cosas nuevas


Una reflexión como ésta no suele ser muy habitual en un medio como este. Pero de alguna manera queremos animarnos a decir algo diferente o, cuando menos, desacostumbrado.

Las cosas nuevas nos renuevan el alma. Muchos gozamos del placer de comenzar un nuevo cuaderno en la escuela primaria. O el goce de estrenar una ropa; o de escribir con un lápiz nuevo, con su mina afilada de fábrica.

Cada flor que se abre es una flor nueva, con su fragancia nueva. Cada día que amanece es un día nuevo. Con su sol o sus nubes nuevos, con sus horas todas nuevas, listas para ser vividas.

Cada año nuevo es -si se permite la obviedad- un nuevo año, pleno de expectativas, de buenos deseos, rebosante de esperanza. Cada año nuevo -como cada cosa nueva- es un regalo de Dios, una invitación a hacernos el propósito de este año nos salga un poquito mejor que el anterior.

Si al programar y pensar este año que iniciamos pusiésemos como prioridad labrar un pedacito de tierra, hacer algo por el vecino, podríamos tener la certeza de que estaremos viviendo un año diferente. Si cada día mirásemos a l otro como a un hombre nuevo, descubriríamos en él una nueva vida.

La vida nueva. No es un deseo para este 2009. Es la certeza que podemos tener quienes hemos hecho lugar en el corazón para compartirlo con los demás.

Para estos doce meses, entonces, feliz Vida Nueva.

Enero 2009