Pensamiento

Forzando fronteras


Casi, casi que es un rasgo natural de todo poblado. Debe haber pocas ciudades,
pocos pueblos en los que no existe una división, una sectorización
entre su área céntrica y los barrios, entre lo urbano y lo periférico.

En City Bell -tantas veces lo hemos dicho- la plaza Manuel Belgrano actuó desde siempre como una especie de barrera en ese sentido: desde allí hacia el camino Centenario se concentró la mayor actividad comercial y la mayor concentración de vecinos, desde que el pueblo el pueblo. Y ello es así porque desde el momento mismo de la concepción de su traza, City Bell fue pensado en dos sectores: hasta la avenida Sarmiento era la zona residencial, y desde allí hasta los confines originarios (actual calle 24), la de quintas, la "productiva". Por alguna razón, el progreso comercial se ha frenado siempre en la plaza y no ha seguido más allá.

Hace pocos años que el contorno de este paseo resurgió de las sombras y adquirió vida propia, pero no va más allá de eso. El mismo hecho de que la remodelación de Cantilo no haya traspuesto ese límite no obedece, sin duda, a un capricho de la Intendencia ni de los ediles, sino a la realidad incontrastable de que nadie, en tren de paseo y consumo, va mucho más allá de la calle 4.

Hoy que el crecimiento comercial de City Bell está en su apogeo, no parece que nada haya cambiado en materia de "fronteras internas". Lejos de extenderse a lo largo, el centro citybellino se expande a lo ancho, hacia las calles paralelas a Cantilo. Las seis cuadras que separan el centro de la plaza con el camino Centenario parecen ser suficientes para el caminante en tren de paseo. Esa extensión es muy similar a la del tradicional centro platense de la calle 8, y nadie parece demasiado preocupado por extenderlo.

El pensamiento viene a propósito de la experiencia piloto que se está llevando a cabo al extender el sentido de circulación de la avenida Cantilo hasta la avenida Sarmiento, medida poco convincente para no pocos lugareños. La simple observación in situ muestra que son más los automovilistas que giran por calle 3 que los que siguen para retomar Cantilo del otro lado de la plaza, y es lógico: es otra oferta, otro tipo de comercio más "barrial" el que encontramos en ese nuevo sector de la arteria principal.

La innovación propuesta es, nos parece, forzar una frontera que de por sí es natural por sus antecedentes históricos, urbanos y costumbristas.

Remontémonos, si no, a los años '80, cuando Cantilo era de mano única desde el camino Centenario hacia el Belgrano y el resultado fue nefasto para todos los comercios ubicados entre éste último y la plaza. Nadie sigue por Cantilo en tren de paseo y consumo. Ese tramo de la avenida es, en todo caso, un segundo centro comercial, más barrial, de más consumo interno, donde recala el lugareño para sus compras domésticas; no tiene lo que busca el turista o el paseante.

¿Es falta de memoria por parte de los encargados de la planificación o simple desconocimiento de los antecedentes en cuestión?

Eso no quita, sin embargo, la necesidad de remodelación de la "otra Cantilo", con veredas acordes con los mínimos requerimientos de seguridad para quien las transita, con bancos y cestos para la basura, que serían el complemento faltante a la buena iluminación instalada un año atrás.

Abogamos, entonces, por una Cantilo congruente con el espíritu progresista que se le quiere imprimir a City Bell, pero con el sentido de circulación vigente hasta el pasado mes de abril.

Jun 2011