Pensamiento

Pensemos en todos


Transcurridos cuatro meses del Año del Centenario de la fundación de City Bell, tenemos la sensación de que nos queda mucho por hacer en este tiempo de festejo y evocación. Falta bastante aún para el próximo mayo, el que cerrará este año jubilar local, y eso quiere decir que no es tarde para darnos algunos gustos.

¿Gustos? ¿No tendremos algunas urgencias que solucionar antes de darnos los gustos? No hay mayor placer que solucionar urgencias, en tanto y en cuanto significa que superamos problemas, falencias, necesidades. Y entre gusto y placer, la diferencia no es grande.

En estos días surgió el debate provocado por la noticia del llamado a licitación para la construcción de la nueva estación de trenes. Desde el cuestionamiento al diseño hasta la oposición a la obra sin antes proveer de agua corriente (y potable) y cloacas a éste o aquél barrio, es variado el abanico de opiniones.

Da la impresión de que volcamos sobre la mesa una mezcla de pasión y resentimiento. Pasión por el pueblo que queremos y resentimiento porque nadie piensa nunca en nuestra necesidad barrial más cercana.

Aquellos se la pasan pidiendo cloacas y no se dan cuenta de que yo quiero viajar cómodo en tren. Aquél apoya la nueva estación ferroviaria y se olvida de que no tenemos una ambulancia. Esos piden una ambulancia, sin tener en cuenta lo urgente que es que haya veredas en los barrios más alejados del centro. ¿Para qué gastar en veredas si podemos caminar por la calle? ¡Que arreglen las calles! ¿Cómo vamos a ponernos a pensar en el estado de las calles con la inseguridad que hay?

Pensemos un poquito, somos una comunidad y creemos tener una identidad propia. Pensemos, entonces, en plural; pensemos en todos; pensemos por todos.


(Septiembre de 2014)