Legado
Fotografías


Cada fotografía, cada imagen del pasado, es un anticipo del presente.
Y las fotos del hoy nos cuentan algo del mañana.


Cuando un par de meses atrás inauguramos la sección "Retrovisor" en Citybellinos, lo hicimos respondiendo a una demanda reiterada por parte de lectores ávidos de viejas imágenes de nuestra localidad.
Ya sea por nostalgia o por interés histórico, los testimonios gráficos del pasado tienen siempre una demanda creciente. En realidad, generación tras generación, siempre ha habido en City Bell un interés notorio por la historia local, y ello ha marcado, en cierto modo, una línea editorial en nuestro sitio de internet.




Lo que fue

Hay fotografías del tiempo fundacional que son un clásico; la "semiaérea" de Cantilo y Centenario, la del Ford T de don Tobías Büchele, las de los jardines de la Estancia Grande, las del aterrizaje forzoso del avión sobre los maizales de Mariscotti, la de la asamblea que dio origen a la Sociedad de Fomento, la de la Casa de Té, la de la visita del gobernador Cantilo, entre otras.
Luis Tobías Büchele -nieto del nombrado- ha sabido atesorar las fotos que sacaba su padre en aquellos años en el mero ejercicio de un hobby, y sin quererlo con esa acción echó las bases de un futuro museo y archivo de City Bell. Pero por sobre todo, nos acercó a las generaciones más jóvenes un reflejo de aquello que quería ser un pueblo.

No contento con lo heredado de su familia, don Luis se dedicó a pedir fotografías a cuanto conocido se le cruzó por la vida, en la convicción de que muchas de esas imágenes estaban siendo así salvadas de un seguro destino de cenizas.
Siguiendo la idea aplicada en otros distritos del partido, en la celebración de estos 95 años de City Bell el municipio optó por exhibir gigantografías con viejas imágenes de City Bell. Y como corolario, durante el fin de semana de festejos, el Instituto Estrada exhibirá proyecciones de una selección de fotografías del City Bell de todos los tiempos.

Lo que viene

Un juego de memoria y comparación nos demostrará que hay, en cada vieja fotografía, un esbozo de la comunidad que se estaba formando. Al observar esos rostros, por ejemplo, podemos encontrar caras muy parecidas a la de muchos habitantes de hoy que son, seguramente, descendientes de aquellos pioneros. Este escriba reconoció a su padre en una fotografía de la Escuela nº 12 de 1939, cuando en medio del grupo fotografiado descubrió la mirada y los ojos de su propio hijo. Por las dos únicas construcciones que aparecen en una imagen de la calle Cantilo de los años '30, pudo descubrirse que detrás de modernos frentes se ocultan viejas casonas fundacionales.
Si consideramos que una fotografía puede ser un recortecito de la realidad, podríamos reconstruir el mosaico de un tiempo que ya fue reuniendo las imágenes de entonces. Y proyectando las actuales hacia un futuro, imaginarnos cómo será el City Bell del futuro.
Tarea para el hogar durante el próximo lustro, entonces: rescatar viejas fotos, descubrirlas en el paisaje actual, sentarse luego en el umbral de los 100 años de City Bell, a imaginar cómo será el pueblo en las décadas que nos esperan relucientes, en ese futuro aún sin usar.