Legado
El último upa para Renée


El pasado 23 de enero, a los 94 años, falleció Renée Cattáneo de Molfino,
muy antigua y querida vecina de City Bell.

 




Es que fue tu tiempo, nomás. Estoy seguro de que estabas esperando con tu bolso preparado que te vinieran a buscar. Era tu costumbre. Te habían puesto un solo nombre, raro para una familia proletaria de la Ensenada de 1916 -Renée-, pero en casa fuiste "Lela".
Recuerdo el gigantesco tilo en el fondo de la casa de Cantilo, recuerdo tus upas sobre tus rodillas, recuerdo tus bizcochitos caseros (con ese aroma que no se borrará jamás) y tus tejidos eternos. Unas vacaciones a San Juan, por ejemplo, te alcanzaron para tejerte un tapado entero: una mitad a la ida y la otra mitad a la vuelta. Al crochet, claro, porque conmigo sentado de un lado y con Gabriel sentado del otro, en el asiento trasero del auto no había lugar para el tejido con dos agujas.
Admito que odiaba los pasamontañas que vos tejías y mamá me obligaba a ponerme, pero acepto que tus pulóveres eran abrigadísimos. Viviste tanto y tejiste tanto que alcanzaste a hacer cosas a alguno de tus bisnietos. Pero después llegó el desgaste, el largo desgaste de tus 94 primaveras y te preparaste para irte. Y en la noche de un domingo, una mano querida y generosa, desde Arriba, te hizo upa y te ayudó a subir.

Muchas veces, siendo chico, pensaba que las nubes eran madejas de lana. Ahora sé quién se ocupará de tejerlas.