Conversaciones
"Hace 37 años
que hago lo mismo"


Leandro (Leanderthal) Devecchi se siente analógico en un mundo digital.
Es humorista gráfico, ilustrador, hace unipersonales de humor,
diseña esta página web y es, por sobre todo, una de las voces
más autorizadas a la hora de discutir sobre Les Luthiers
hasta con ellos mismos.



Leandro dice que dibuja desde siempre. Dice eso para responder la pregunta obvia del cronista y lo cita a Roberto Fontanarrosa: "Él decía que todos los niños dibujan y que después dejan de dibujar. Y agregaba: 'A mí, eso, no me pasó nunca'. Y bueno, yo tengo 37 años y sigo dibujando".

Leandro Devecchi es dibujante, humorista, monologuista, docente y uno de los más conspicuos (esta palabrita le gustó) "luthierólogos" de fama internacional. Además, y casi por imposición, es quien traduce al formato cibernético los contenidos de Citybellinos-Gaceta Virtual que se escriben en la Redacción.

- Dibujás desde siempre. ¿También hacés humor desde siempre?
- Los domingos, cuando nos juntábamos en la casa de la abuela, los grandes jugaban a las cartas y los primos, a contar chistes. Yo era el que los contaba.

- ¿Es decir que nacieron juntos el dibujante y el humorista?
- No. Era dibujante como dibujan todos los niños. Todos tenemos dibujos, guardados por nuestras madres, de cuando éramos chicos. Pero a mí, quien me enseña a dibujar, básicamente, es la televisión: el Pato Lucas, el Pájaro Loco, Bugs Bunny. Yo miraba tele y dibujaba todo lo que estaba viendo. Yo me imagino que todos los niños del mundo dibujan la televisión por lo que me pasó a mí; tomo eso como general. Hasta ahora siempre he sido un único niño... Supongo que a todos los niños les pasa lo mismo. Entonces: era el chico al que le gustaba mucho dibujar y también el primo que contaba los chistes.


- Ahora te cambió el público...
- Ahora los dibujos los publico y los chistes ya no son mis primos los que los escuchan Ya nos son chistes que escucho por ahí para contarles a mis primos sino que los escribo y los escucha gente que básicamente no conozco. Pero lo cierto es que hace 37 años que hago lo mismo.

- ¿Cuándo fue esa ruptura entre el antes y el después?
- Hay dos quiebres. Me rompió la cabeza "El mundo ha vivido equivocado", libro de Roberto Fontanarrosa, y los discos de Les Luthiers. Esto sucede entre los 15 y los 17 años. Escuchar un vinilo de Les Luthiers fue para mí como una revelación, como quien descubre la teoría de la relatividad. Y leer a Fontanarrosa también fue una revelación, porque vi un tipo que escribía como se habla. Es decir: para mí, un tipo que viene leyendo en la secundaria Bodas de sangre, El Cid Campeador, El Quijote, de pronto aparece a los 20 años un libro de Fontanarrosa que me presta una amiga... para mí fue una revelación que el tipo escribiera así.

- Ahí está la base de lo que se venía...
- El pensamiento interno y absolutamente inconsciente fue: "Si yo algún día hago humor, va a ser así, va a ser esto". O sea. "Vamos a tratar de plagiar todo lo más posible a esta gente en el amplio universo humorístico que hay por ahí". Es decir: podés ser contador de chistes, podés ser Jorge Corona, y de Corona a Les Luthiers tenés un millón de intermedios. Yo disfruto mucho de Corona, pero a la hora de escribir prefiero ser Les Luthiers. Tengo una cuestión personal; no desmerezco una cosa u otra, tengo un gusto absolutamente arbitrario y personal. Lloro de risa con Corona y lloro de la risa con Tangalanga. Lo puedo hacer en un asado con amigos, pero no cobraría por hacer eso. Sí disfruto más un juego de palabras complejo que el chiste del supositorio, como diría Dolina. Otro quiebre es Alejandro Dolina y lo es Leo Maslíah, en su complicación de lo fácil.

Leandro es Devecchi en su vida privada y civil, pero eligió ser Leanderthal en su vida artística: "Leandro Leanderthal". Bajo ese seudónimo firma ilustraciones, se presenta en sus shows, hasta se identifica en Facebook.

- ¿Digamos que recorrés desde Fontanarrosa hasta Maslíah entre los 15 y los 20 años, más o menos?
- Claro. Y en ese período se termina el secundario y ¿adónde vamos? ¡A Bellas Artes! ¿Y qué hay en Bellas Artes? Hay recreos, horas libres, tiempo muerto; y sobre todo que cambiaron mis primos por compañeros, Ahora, a quienes tenía que entretener eran mis compañeros de Bellas Artes.

- O sea que cambiaste tus conejitos de India. ¿Hasta ese entonces no tenías otras incursiones en el humor?
- Para ese entonces yo ya estaba en (la revista humorística) La Gastada, con Carlos Pinto.

- ¿Cuál era tu carrera en Bellas Artes?
- Licenciatura en Artes Plásticas, orientación Dibujo, carrera que jamás terminé y nunca terminaré. Ya había estudiado animación con Carlos Escudero, había conocido a Carlos Pinto en el secundario y lo tenía en la Facultad. Seguía estudiando y seguía siendo el compañero hincha pelotas que cuenta chistes. Claro que para entonces los chistes ya los escribía yo y se los leía a mis compañeros en los recreos.

- ¿Cuándo te enfrentás con un público desconocido, neutral?
- Cuando viene un compañero y me dice "mañana es mi cumpleaños, traete la carpetita". Y entonces, en vez de ser los compañeros de Bellas Artes, son los amigos de este compañero, que me conocerían dos o tres. Después, estaban los primos y los compañeros de él. Ahí arranca el unipersonal de humor, que es ver si esa gente que no me conoce se ríe, si el guión se banca por sí mismo. Y como era un cumpleaños donde no tenía mayor riesgo que el de aburrirlos, donde todos eran tan "civiles" como yo, empiezo a probar en vivo, a prueba y error, qué funcionaba y qué no.

- ¿Ahí vinieron también las presentaciones en La Bell?
- De ahí a terminar en La Bell para hacer el primer show pasaron cuatro años. Había que convencerlo a Guillermo (Canivano, el dueño):
" - Te vengo a ofrecer un show.
" - ¿Qué hacés?
" - Estoy parado leyendo, pero la gente se ríe.
" - Y... bueno...

- Empecé un 2 o 3 de septiembre de 2002, íntegramente con textos míos. A su vez, publicaba humor en La Gastada. En el '94 habíamos empezado con "Sobras de Arte" con Andrés Vendramín. Es decir que tenía dos caminos paralelos; el de humorista gráfico y el tipo que hacía historias breves.

- ¿Ahora dejaste la gráfica para hacer radio?
- Hoy estoy en la radio porque surgió eso. Pero si hay que hacer un chiste gráfico todas las semanas, lo hago. Ahora terminé de ilustrar un libro que tiene varias referencias a Les Luthiers. El libro tiene unas cincuenta ilustraciones mías; no es humor gráfico, pero es un dibujo de una interpretación gráfica del texto.


Con Carlitos Núñez en Expo Les Luthiers

Leandro es uno de los más notables eruditos en la vida y obra de Les Luthiers, el grupo humorístico musical de fama internacional que ha hecho reír ya a más de una generación. Por añadidura, también lo es de Johann Sebastian Mastropiero, el personaje central en la obra de estos músicos, uno de cuyos integrantes es Carlos Núñez Cortés, o simplemente "Carlitos", para quien, como nuestro entrevistado, se cuenta entre sus amistades y afectos.


- Vos debés ser uno de los mejores referentes y consultores acerca de Les Luthiers y Mastropiero.

- Supongo que sí. A veces discuto con Núñez Cortés sobre cosas del grupo y, a veces, tengo razón.

- ¿Cómo llegaste a ser amigo de Núñez y a ilustrar un libro suyo sobre Mastropiero?
- Mandando un mail en el '99 o 2000 con un fotomontaje que tenía el cuerpo de los Beatles y la cara de Les Luthiers. Me contesta Jorge Maronna (uno se los integrantes del grupo) desde su casilla de correo personal. Me dice que muchas gracias y que en un par de meses Les Luthiers venía a La Plata y me invitaba a ver el show en el Coliseo Podestá. Voy y les llevo un ejemplar de "Pretextos" (mi primer libro) a cada uno. Y Maronna me dice que le siga escribiendo.

- Pero tu amistad, hoy es más con Núñez Cortés...
- Al mes voy con unos amigos a verlos a Buenos Aires y uno de mis amigos lo conocía de antes. Después de la función Núñez sale a saludarlo y yo le muestro mi libro y le digo: "mire, yo soy el que escribió esto". Como en ese momento yo estaba haciendo la página web sobre ellos, le digo "sé que usted es el archivo del grupo, y yo quisiera algunas cosas". Y me da su correo electrónico escrito en el programa. Así que yo tengo el programa de "Todo por que rías" con el correo electrónico de él y los otros cinco que fueron conmigo lo tienen con su autógrafo. A mí me interesaba mucho más la dirección de correo que el autógrafo. Hoy tengo tengo muchas cosas firmadas por él.

- Ahí empezó una nueva etapa...
- Ahí empezamos un ida y vuelta en el correo electrónico. Él era, a su vez, fanático de mi página de Les Luthiers (ellos no tenían una página oficial) porque le había mandado muchos dibujos. Así que nos admiramos rápidamente. Supongo que yo lo admiro más a él que lo que él me admira a mí. Digamos que les he plagiado todo lo que sé.

- Digamos que tenés un compromiso personal con Les Luthiers
- Sí... un compromiso personal que a mí me permite ver el show varias veces. Hemos laburado juntos en documentos oficiales de Les Luthiers y alguna vez le he corregido un documento oficial: datos que no les interesan a nadie, pero que en realidad estaban mal.

- ¿Y cómo es que terminás ilustrando el libro suyo?
- Viajé a Chile a hacer un show en un festival y justo estaban ellos en Chile. Ahí un grupo de amigos más un grupo de fans de Les Luthiers nos fuimos a cenar con Carlitos después del teatro, y en un momento él se me acerca y me dice que está escribiendo unas cositas, a ver si me animaba a ilustrarlas. ¿Cómo no? A los seis o siete meses me llama para que vaya a su casa, que tenía escrito medio libro. Le fui haciendo los dibujos, hasta que llega el momento en que está terminado y se lo presenta en la Expo de los 40 años de Les Luthiers en el Centro Cultural Recoleta. Ahí me pregunta si tengo pasaporte, porque quiere que vaya con él a presentar en Barcelona la edición española. Era la primera vez que subía a un avión, que iba a un aeropuerto... A mí no me gusta tomarme el micro 273 "BC" porque tarda un montón, imaginate lo que era para mí un aeropuerto... La ida, con él al lado, se hacía muy fácil. Lo que se me complicada era la vuelta: Carlitos se volvía al cuarto día y yo me quedaba cinco semanas... Pero tenía amigos en Internet que me fueron alojando a lo largo de mi periplo por España.


Es complicado sacarlo a Leandro de "su" tema luthierano. Le recordamos su etapa de "dibujodón" -como se autodenominaban los humoristas que frecuentaban la contratapa del semanario "City Bell-Hechos y Personajes"- y su paso por la breve vida de "Vereda Bell".


- Volvamos a acá. Fuiste uno de los "dibujodones de la contratapa de "City Bell-Hechos y Personajes". ¿Hay un humor que se identifique con City Bell? ¿O al revés?

- "Hechos y Personajes", "Vereda Bell"... no todo es Mastropiero en mi vida. En la vida de "Hechos y Personajes" firmaba muchas veces como "el humorista de la calle Cantilo". Si podía meter una referencia a City Bell, lo hacía; si no, lo mismo daba. Básicamente creo que la gente se ríe de los buenos chistes. Si tenés un plus, mejor, pero no sé si hay un humor citybellense. Yo hago humor, nomás; bueno, malo o regular.

- ¿Sos un dibujante convencional o adoptaste las nuevas tecnologías?
- Yo soy analógico en un mundo digital. Dibujo con lápiz y papel, después escaneo y lo pinto con la computadora porque soy muy malo pintando, pero lápiz, papel y goma. Lo mío es analógico. Internet me ha brindado llegar más lejos, pero trabajo a la antigua, con lápiz y papel.


Con Mariel Bonelli haciendo El Baúl desde FM La Redonda
- Hablame de la radio.
- En radio empecé haciendo algo pasando en el programa de unos amigos alguna canción curiosa, como por ejemplo Yesterday cantada por el Pato Lucas. Yo tengo ese tipo de material, digamos. En 2008/2009 hicimos un programa de humor radial on line. Grabado, pero on line, que salía por Radio Taringa. "Que Dios se lo apague", se llamaba, con la idea de hacer televisión en radio. Llegó a tener una versión teatral.


- Y ahora estás en La Redonda.

- Después viene esto de El Baúl, en La Redonda, donde arrancó con un pequeño aporte humorístico de un bloque y después, por eso de gente que entra y gente que sale del equipo, terminé haciendo la parte humorística y la co-conducción.

- Faltó la televisión...

- También hice tele visión con Mariel Bonelli, en Somos La Plata. Una experiencia muy linda.

- Hay conflicto de intereses entre Leandro Devecchi y Leandro Leanderthal?
- Yo hago de Leandro en la radio, de Leandro en la televisión, y de Leandro en el unipersonal. Y ese Leandro no es muy distinto del Leandro que está en la casa de la calle Cantilo, pero es un Leandro que tiene sus partes de ficción, que no todo lo que dice es cierto, cuya necesidad es entretener y hacer pasar un lindo momento.

- ¿Algo de actor, entonces?
- No soy actor, soy así. El de Leandro es el único personaje que sé hacer; creo que es capitalizar la boludez; es como decía al inicio de la charla. Hace 37 años que hago lo mismo: escribir y dibujar. Ahora me pongo un traje y cobro entrada, pero por lo demás no es muy distinto a lo que hacía a los 7 años.