Someramente

 


A+B-C

Mientras "A" chateaba con "B", también lo hacía con "C".

Enredado en la complejidad de mantener dos conversaciones a la vez, el comentario infame que "A" le quiso hacer a "B" respecto de "C", se lo hizo en realidad al mimísimo "C". "A" nunca se enteró de su yerro y "B" se quedó esperando aquello que "A" le quería decir acerca de "C".
Moraleja: hablar infamemente de terceros no está bien: podemos terminar haciendo públicas nuestras propias miserias.

 

Trampas gramaticales

Ayer se escribe sin "h";
hoy, se escribe con "h".
Cómo cambia la gramática de un día para el otro...

 


Preguntas

Hay interrogantes que son casi lagunas de la ciencia. Veamos:
¿Por qué las latas de la Viandada y el Corned Beef son de sección trapezoidal?
¿Por qué si le huye al agua, al gato le gusta el pescado?
¿Por qué si son redondas, las hambuguesas se ovalan al cocinarlas (pregunta Marcelo)?
¿Por qué correr cuando llueve, si nos vamos a mojar igual?
¿Por qué se ensucia la toalla, si la usamos después de lavarnos o bañarnos?

 


Queridos y/o estimados:

Hace un poco más de una hora que pasó el 20 de julio, dedicado a la amistad. Salvo un par de saludos a las apuradas, me ha quedado el tintero lleno de deseos para todos ustedes. Como con la ropa, hay muchos talles para la amistad, pero en este caso, la ecuación es inversa: cuanto más chico es el talle, más grande y profunda es la amistad. En mi caso, por fin puedo elegir un talle small.

Son muchos los destinatarios de este saludo, y cada uno sabrá cuál es el talle que le corresponde. Sólo diré que mis afectos -fuera de la familia- contados con menos dedos que los de una mano, se reparten entre La Plata, Gonnet y City Bell. Algo hay que se reparte entre Villa Elisa y Buenos Aires. Hay gente queridísima con la que me reencontré a principios de este año, con la cual nos conocemos desde los primeros balbuceos o, por lo menos, desde que perdimos nuestra inocencia al comenzar el Jardín de Infantes. Y al volver a verlos, en algunos casos, después de treinta años, el abrazo delató lo mucho que nos queremos.

Otros me han demostrado igualdad de miradas en la profesión, incluyendo en esto a la difusión y/o venta de mis libros. La radioafición me acaba de abrir la puerta a otro submundo donde se cultiva también la nobleza de espíritu. Alguno con quien compartí ideales adolescentes sin tener gustos en común excepto el que se tiene por las cosas simples y la riqueza de la vida, me deleita con su música. Otro artista también, supo abrirme los ojos para comprender que el arte es la manifestación del sentir de una comunidad y que Gardel, por ejemplo, vale más como referente cultural y nacional que como cantante. Y eso es ya mucho decir. Sin embargo, paradojas de la vida, apenas si una vez al año cruzamos con él un llamado telefónico.

Y allá en el Cielo, junto con mi querido Juan -quien tuvo la hombría de renunciar al celibato para abrazar el matrimonio- están Pepa y Néstor, quienes me enseñaron que desde la adultez se puede seguir cultivando una amistad como cuando éramos chicos.
A todos, entonces, mi abrazo y mi mirada plena de fidelidad y recuerdo. Gracias por la amistad de cada uno, cada cual en su medida.
Los abraza

Guillermo

 
Curiosa piedra

Ni Fabio Zerpa lo hubiese creído. El tipo estaba mirando las estrellas del cielo, oteando el infinito en alarde de su curiosa curiosidad. Algo lo encegueció de repente, otro algo lo ensordeció y un algo más lo sacudió en su generosa humanidad. Cuando se repuso, constató que el corazón aún le palpitaba. Y vio a su lado un nuevo objeto de su curiosidad.


"Linda piedra para el jardín", pensó, pero comprendió que no era nada inanimado. Chiquito, negro, delgado, con ojos de noche estrellada (de allí había provenido), pero por sobre todo inquieto e inquisidor era ese extraño ser que parecía una hormiga y había llegado a su lado -lo presentía- para nunca más despegarse de él. "Hermano, vos lo elegiste; por ende, ¡fuiste!", se dijo, y no sabía si alegrarse o maldecir.

Pronto comprendió que la taba estaba echada. Y que como cayó, quedó. Amigo de los desafíos, sabía que no querría una vuelta atrás. Que no se bajaría del escenario hasta que cayera el telón final. Que no conocía el libreto, pero que le gustaba el papel.


Pasaron veinte años desde aquel momento en que encontró el amor y su curiosidad sigue intacta. Y aunque finalmente no era una piedra, decidió darle un sitio de privilegio en el jardín de su corazón. Al fin y al cabo, no desentonaba -ni mucho menos- entre las flores.

 

De repente

A menudo la vida nos regala ratitos de reflexión. Nos despertamos de repente y nos damos cuenta que hemos construido una familia. Que somos papá y mamá y los hijos. Entonces caemos en la cuenta de que ya perdió vigencia aquello que durante tantos años nos acompañó: el viejo y querido 'cuando yo sea grande'...

De repente, nos encontramos siendo grandes. Nos hemos recibido de algo, trabajamos en eso o en lo que Dios haya signado. Hemos fundado nuevas vidas y tenido descendencia. Y vemos llegado el tiempo de asumir en serio nuestras responsabilidades, las responsabilidades de personas adultas, aquellas que, ineludiblemente, van ligadas a la forma en que nos comportamos ante los demás.

Y los demás son, fundamentalmente, nuestros hijos. Ellos nos observan, nos escuchan, nos imitan. Y exigen de nosotros que seamos consecuentes con lo que les enseñamos.

Posiblemente podamos agregar, y dicho en términos un tanto ligados con las finanzas, que nuestro rol de padres exige transparencia en el decir y en el actuar. Exige respeto al prójimo. Exige, por ante todo, nuestra propia convicción acerca de lo que queremos de nuestros hijos y para nuestros hijos. Una ecuación cuyo resultado se llama futuro y su calidad sólo depende de nosotros.

Los hijos no nos piden un fuerte compromiso social si el tiempo compartido con ellos es menor que aquél. No nos piden que nos erijamos en benefactores de la sociedad, sino en seres consecuentes con nuestra prédica.

De repente, pues, caeremos en la cuenta de que ya fuimos grandes, y será tarde para ponernos a tiro de nuestros ideales, aquellos que acuñamos cuando niños o adolescentes y hoy nuestros hijos nos piden que cumplamos.

 

Pedir o robar

- ¿Te puedo robar un vasito? -preguntó el hombre a la chica que preparaba la mesa para un "break" en un curso de capacitación: termos con café o agua caliente, saquitos de té, azúcar y vasos plásticos descartables.
- Eso no es robar. Es pedir. Sacá los que necesites.
- Tenés razón. Pero vivimos en un tiempo en el que parece que nos cuesta menos robar que pedir prestado.
- Uy. No lo había pensado. Igual, no es robo, porque te lo estoy dando.
- Gracias.

Si aumentáramos la generosidad, quizás disminuiría la codicia. Es decir, el robo; es decir, la inseguridad. ¿Mirá si da resultado?

 
Lo que sobra

El escultor Augusto Rodin mostraba orgulloso algunas de sus obras de arte.
- ¿Cómo puede crear usted obras tan maravillosas?- le preguntaron.
- Es sencillo -respondió-. Yo tomo un bloque de mármol y solamente le quito todo lo que le sobra.

 
De teléfono a teléfono

En 1915, cuando Alexander Graham Bell comunicó vía telefónica la costa este y la oeste de los Estados Unidos, ni sospechaba la evolución de su gran invento. Los teléfonos celulares, esos que casi caben dentro de una cuchara, no estaban en la imaginación ni siquiera de Julio Verne. Pero sí es cierto que ese 25 de enero del crudo invierno boreal, el ingenioso Bell cambió la historia el mundo. Y una curiosidad: Bell, en inglés, significa campana. Aunque hoy los aparatos tengan un simple vibrador que con su sonido reemplaza a las viejas campanillas.

 
Boca de portafolios

Al regresar el trompetista Louis Armstrong de su primera gira por Europa en el otoño de 1932 traía, con el eco de las ovaciones y los elogios, el sobrenombre de "Satchmo". Se debió a la confusión de un periodista del diario Mlody Maker -la publicación que descubrió al mundo el talento del trompetista-. Como parte de su presentación, Armstrong solía llamarse a sí mismo "satchelmouth" ("boca de maletín" o "de portafolios"). El cronista británico, poco familiarizado con el acento sureño de los Estados Unidos, entendió "satchmo". Así nació uno de los apodos más célebres del jazz.

 

Tutía

"No hay tu tía" es la frase que usamos para decir que no hay derecho a réplica, que no se puede hacer nada por solucionar algo. Y aunque no hay ninguna tía que tenga que ver con esto, la frase cobra sentido cuando consideramos que originariamente lo que no hay es "tutía", una suerte de escoria y resaca que queda en los hornos luego de la fundición de ciertos metales. Esto, mezclado con óxido de cinc, se utilizaba en la preparación de un ungüento de alto poder cicatrizante. Vale decir: una solución para las heridas. "No hay tutía", entonces, equivale a decir "no hay remedio".

 
A todo color

En 1909, en el teatro Palace-Varieté de Londres, se proyectaron por primera vez películas en color, gracias al empleo del sistema "cinemacolor", inventado por George A. Smith. Este sistema empleaba sólo dos colores (verde-rojo) que se mezclaban de forma aditiva. En 1935, se estrenó La feria de la vanidad; el primer largometraje comercial realizado en technicolor tricromático (azul-verde-rojo). En 1936, se presentó "The trail of the Lonesome Pine", el primer film rodado en technicolor tricromático en exteriores e interiores. Recién en 1939, con "Lo que el viento se llevó", el technicolor se impuso a escala mundial.


 

Irse al tacho

En un tiempo, el "tacho" era la caldera de gran tamaño utilizada en los mataderos primitivos para obtener sebo mediante desechos de reses, donde se los fundía. El sebo enfriado se enviaba a las jabonerías para fabricar con él un jabón muy ordinario, el jabón amarillo. De los mataderos de principios de siglo ha quedado la frase "se fue al tacho", que resume tanto un amor que fracasa, como una quiebra o un proyecto fracasado.

 
Llorar o defender

La región española de Granada fue uno de los principales bastiones de la ocupación mora en España. Se dice que su rey, Boabdil, la abandonó entre lágrimas cuando los españoles reconquistaron la fortaleza. Lo acompañaba su madre Aixa, quien le dijo unas palabras que llegan hasta nuestros días: "Llora, llora como mujer por lo que no supiste defender como hombre".

 
La flor nacional

Cuando en 1910 se cumplió el centenario de la Revolución de Mayo, un conjunto de sabios recibió el encargo de determinar cuál era nuestra flor nacional, eligiendo en aquel entonces a la "pasionaria", elección que no tuvo mayor eco en el país. Posteriormente, en 1928, se seleccionó la magnolia, el ceibo, la estrella federal y otra vez la pasionaria, en un consenso público, que dividió a los votos y a la opinión pública. Pero el investigador Martín Doello Jurado se inclinó por el ceibo, y luego de arduas gestiones se firmó el Decreto 38.974 en 1942, por el cual se declaraba "flor nacional" a ésta, designándose al 22 de diciembre de cada año como su fecha alusiva, por cuanto en esa época suele florecer en el Delta del Paraná esta maravillosa y rústica planta.

 

Destino histórico

Enfrentados en vida por sus ideas, Domingo Faustino Sarmiento y Juan Manuel de Rosas no esperaban una inmortalidad también enfrentada.
En la esquina de las avenidas del Libertador y Sarmiento, en la capital federal, se levanta la estatua que el francés Auguste Rodin esculpiera del Gran Sanjuanino. En frente de ella, se levanta la estatua del Restaurador.

 
A las jugosas salteñas

La historia de la empanada salteña está muy relacionada con la primera escritora argentina, Juana Manuela Gorriti. Esta poetiza y novelista salteña junto con su familia debieron huir a Bolivia huyendo de la muerte. Allí dice la tradición que en los primeros tiempos los Gorriti sufrieron la pobreza y el hambre. Su madre la peleaba hacienda empanadas, y para ahorrar masa utilizaba un sólo disco, para luego repulgarla.
Los bolivianos, a las empanadas las llaman "salteñas", por la fuerte presencia de estas mujeres.

 
Franklin, el visionario

Benjamín Franklin se ha destacado a lo largo de su vida como político, inventor, científico. A él se le debe los lentes bifocales, el pararrayos, el armonio, la sonda renal, entre otros granes inventos. Estando como embajador en Francia en 1785, asistió en París a la elevación del primer globo aerostático. Un funcionario, escéptico, le preguntó para qué serviría una cosa así, a lo que Franklin le respondió: "¿Para que sirve un recién nacido?". Durante la Guerra Franco-prusiana de 1870, el ministro francés Léon Gambetta huyó en globo del París asediado burlando así el bloqueo enemigo, lo que demostró que al globo aerostático, como a un recién nacido, sólo había que darle tiempo para que se desarrollase.
 
Comida rápida

La llamada "fast food" (del inglés, "comida rápida")
no es un invento del posmodernismo. En 1810 François Appert halló la manera de conservar alimentos calentándolos en recipientes metálicos a una temperatura superior a los 100 ºC, en un recipiente metálico. Nacía así la lata de conserva, de gran ayuda en el desarrollo de la cocina moderna. El ejército de Napoleón fue el primero en valerse del descubrimiento para su subsistencia durante la campaña a Rusia.

 

Buey corneta

Nos referimos a un "buey corneta" para designar a alguna persona que "desentona" con su entorno. El buey es el toro castrado que, bien alimentado, sirve para trabajos pesados en el campo y su cuidado está a cargo el boyero. Cuando aún siendo toro, por la disputa por una hembra pierde un cuerno, se lo llama "corneta" y eso es lo que los distingue de los demás. Así lo refiere el padre José Daniel Tomás en su periódico "Vino de Misa"

 

Como anillo al dedo

El sacerdote Giusseppe Sarto, luego Pío X, acababa de ser nombrado Monseñor y destinado como obispo de Mantua. Antes de partir hacia su nueva diócesis pasó por su pueblo natal a visitar a su anciana madre. Con sus atuendos púrpura, extendió su mano diciéndole:
- Vea madre, qué hermoso anillo me ha regalado Dios.
- Hijo mío -respondió ella, mostrándole su alianza matrimonial-, de no haber sido por este anillo que tu padre me regaló a mí, Dios no te habría regalado ese a ti.

 

Acta de defunción

En 1860 un hecho desgraciado se suscitó en las tierras del actual municipio de La Matanza, tal como quedó registrado en los archivos de esa comuna. En uno de los libros que guardan un valioso y rico testimonio de su historia, puede leerse:
"El infrascripto, Eusebio Rodríguez, alcalde, certifica que don Manuel Chico, que muerto lo tengo de cuerpo presente tapao con un poncho al parecer reyuno, le sorprendió la muerte al salir del baile de don Rufino, "El Catalán", de la quebrada de Doña Pepa, lugar muy conocido y de pública voz y fama en el pago.

"Interrogado el cadáver por tercera vez y no habiendo el infrascripto obtenido respuesta categórica alguna, resuelve darle sepultura en el campo de desaparecidos conforme cuadra su circunstancia física de que certifico.
"Nota: Hago constar que el finao era muy amante de la bebida y muy dado a las galanterías amorosas, por cuya circunstancia tenía una cicatriz en la quijada izquierda producida por un cucharón de grasa caliente que le arrojó al rostro de la cara la hija de la parda Nicolasa, no se sabe por qué safaduría. Vale".

 

A una nariz

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado;
era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio nazón más narizado;
érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era;
érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.

Francisco de Quevedo

 
Buen oído

Carl Gauss se destacaba ya desde muy joven por su talento y sus cualidades de intelectual extraordinario. De paseo por la montaña con un profesor, éste quiso poner a prueba lo mucho que se decía de Gauss y señalando el campanario de una iglesia que se veía en el valle, le preguntó:
-¿Puede ver aquella mosca que higieniza sus alas sobre el campanario?
-No veo a la mosca -respondió el joven-. Pero puedo oír el ruido que hacen sus patas al restregarse contra las alas.

 
Chau

Esas simples cuatro letras que nos sirven tanto para despedirnos como para significar el final de algo (con tono triunfal o de derrota), tienen el mismo curioso origen vinculado con la esclavitud. "Schiavo", en italiano, significa esclavo, servidor, y aún nosotros solemos firmar ciertas epístolas acartonadas con el saludo "su seguro servidor". "Schiavo" derivó en "ciao" para los itálicos, y en "chau" para el Río de la Plata, o "chao" para otros países del sur americano, como breve despedida, saludo callejero o deseo de volver a verse pronto.

 
El llanto y la risa

En el Tratado de la Pintura de Leonardo Da Vinci, apuntes del genial artista compilados a modo de consejos, leemos lo siguiente: "El que ríe no se diferencia del que llora, ni en los ojos ni en la boca, ni en las mejillas, sino sólo en lo rígido de las cejas, que se abaten en el que llora y se levantan en el que ríe. A esto se añade que el que llora destroza con las manos el vestido y otros varios accidentes... El que derrama lágrimas levanta el entrecejo y une las cejas arrugando aquella parte, y los extremos de la boca se bajan; pero en el que ríe están levantados, y las cejas abiertas y despejadas".

 
A gusto del vecino

Relataba Juan Ramón Jiménez que el padre del pintor sevillano Javier de Winthuyssen, cuando tenía que pintar la fachada de su casa, mandaba al pintor a consultar al vecino de enfrente acerca de qué color quería que la pintara. Decía el viejecito: "Él es quien ha de verla y disfrutarla; es natural que yo la pinte a su gusto".





Winthuyssen,
según Gabriel Vázquez Díaz.

 

Robos eran los de antes

"Hay algunos ladrones muy diestros en Buenos Aires como en todas partes, contra los que de nada sirven las rejas de hierro; casos han ocurrido en que han logrado llevarse la ropa de los que dormían, pescándola por entre las ventanas que habían quedado abiertas en la noche, valiéndose de un anzuelo atado a una de las largas cañas que traen del interior. De este modo, en un caso notorio, un rico reloj fue robado a un inglés de la relojera en que lo tenía a la cabecera de la cama, al tiempo que, despertado por su aterrada mujer, pudo echarle una última mirada cuando salía bailando por entre la ventana".

Woodbine Parish (1796-1882),
"Buenos Aires y las Provincias Unidas del Río de la Plata"

 
Apretón de manos

La costumbre de estrecharse las manos a modo de saludo procede de la antigüedad, épocas en que los caballeros eran de armas llevar. Por tanto, una manera de manifestar amistad o reconocimiento a la otra persona, lo mejor ara dejar las armas de lado y garantizar esa actitud ofreciendo la diestra vacía.
Un leve apretón reafirmaba el sentimiento noble que encerraba el saludo.

 
¡Agua va!

Hacer algo sin decir "agua va", es hacerlo sin avisar, como si nada ocurriera.
Hacia el año 500 cayó el imperio romano de Occidente. Roma y otras ciudades fueron saqueadas. Las instalaciones sanitarias (que eran muchas y públicas) fueron destruidas durante las invasiones y los saqueos. En las casas se solía usar el orinal y cuando querían deshacerse de los detritos, lo arrojaban a la calle, preferentemente de noche. Como una forma de alertar a los transeúntes, al vaciar el orinal se acostumbraba gritar, eufemísticamente, "¡agua va!".
 
Dignidad escatológica

- Con mi mujer nos acabamos de mudar -comentó el Biga a unos amigos, a quienes hacía tiempo que no veía-. El departamento es chiquito, no tan lindo como el otro, pero al menos tiene inodoro. Es decir que todavía conservo mi dignidad.

Curioso concepto de la dignidad, que tiene el Biga.

 
Imberbes y unimembres

El profesor de Lengua preguntó a la clase cómo se llaman las oraciones que no tienen verbo. "Inverbes", dijo un alumno que era, sin saberlo, un imberbe; y que también era, como las oraciones sin verbo, unimembre.

Los hombres son unimembres en su estricta condición de varones. Aunque en sentido antropomórfico tengan cuatro miembros igual que las mujeres, las cuales son, salvo excepciones, como las oraciones del alumno: auténticas imberbes.