Un Sentimiento
City Bell por citybellenses


Testimonios variados de habitantes del pueblo recogidos
en circunstancias diversas, reunidas en la ocasión
de este nuevo aniversario de la fundación de City Bell.


Vendramín: "Mirá dónde estoy parado"

Juan José Vendramín se reconoce como recopilador de todo lo que refiere al pueblo. Es el autor de la primera página en Internet referida al pasado y el presente del pueblo al que tanto ama. Y muestra un "trozo de terreno" que extrajo de las márgenes del arroyo Carnaval y en el que se aprecian los estratos de la formación del suelo: debajo de la capa más superficial, puede observarse el estrato de conchillas a pocos centímetros de la superficie y que viene a confirmar aquello de que en el principio estos parajes eran sólo cielo y agua.
Y trata de explicar el porqué de su interés por las muchas cosas que atesora vinculadas a City Bell: "Empecé juntando objetos, mapas, fotos; lo primero que me llamó la atención fue ver fotos, el efecto documental de una foto. Tener un objeto que me mostraba la misma realidad de ahora, pero hace un montón de años; me llamó siempre la atención". Y de la mano de eso vino el empezar a entender la historia pura, independiente de los objetos que la forman. "Ganas de empezar a hacer algo con todo eso que había juntado... darle un poco de forma, y empecé a juntar en grande, hacer cosas y se juntó en este proyecto de hacer una página web"...
"A veces, por querer vender un producto terminamos aprendiendo un cuentito -dice-. Ahí, donde está el cuartel fue el casco de la estancia... Y llega un momento en que lo decís como un versito... Pero ¿quién era Bell? Y empezás... Es esa chispita de querer saber cómo son las cosas".
Vendramín es un auténtico "homo citybellensis". Él mismo lo remarca: trabaja en el colegio Estrada donde hizo la primaria, en la misma manzana de su casa. Como civil, trabaja en electrónica (su profesión) en el cuartel, el lugar que fue el casco de la Estancia Grande de Jorge Bell.


Vendramín en la antigua entrada a la Estancia.

"Patuta" Gualchi: Amistad en City Bell


Néstor Gualchi fue uno de los tantos personajes queridos de City Bell. Treinta y siete años viviendo en la calle Pellegrini, antiguo "entrenador" de las categorías de baby fútbol del Club Atlético, viejo miembro de la cooperadora del colegio San Blas en la época de las aulas-tranvía... portador de una de las virtudes más lindas que puede tener un ser humano: ser el feliz poseedor de un puñado así de grande de amigos.

Gualchi y el mate, dos símbolos de la amistad.
La amistad fue el tema de una entrevista que se le realizó en julio de 2001 -moriría meses después- y en ella mencionó a su gran amigo vecino de City Bell Mario González: "Con él hicimos toda la primaria y todo el industrial de noche. Luego, hicimos juntos el servicio militar. Compartimos los asados, pero también los momentos jodidos". Y sigue: "Domingo Molfino era una persona que me quería mucho, y para mí era un amigo, también lo quería mucho. Y quería que de Ensenada me viniera a vivir a City Bell. Entonces, como en un pacto, me regaló un ovillo de hilo de empacar, muy grande. Y me dijo que antes de que se me terminara, tenía que venir a vivir a City Bell. Lamentablemente, para cuando yo pude juntar el dinero suficiente para comprar esta casa, él ya había muerto".
"Con 'Cacho' Sáenz fuimos también muy amigos. Nos conocimos en la cooperadora del colegio San Blas. Con el 'Vasco' Achucarro nos conocimos en el tren, viajando a trabajar a Buenos Aires. City Bell -decía Gualchi- es un lugar ideal para cultivar la amistad verdadera, la profunda".


Alfonso Marcellini: En busca del aire puro

City Bell era conocido como "la Córdoba Chica", por lo benéfico de su clima. Corría 1948 y los Marcellini tenían uno de sus tres hijos con problemas de salud, por lo cual el médico les recomendó mudarse de Berisso -donde vivían- y trasladarse hacia aquí. "Encontré un terreno en la calle 12 entre 1 y 2. Yo me había criado en el campo. En Entre Ríos había vivido frente a las barrancas del Uruguay. Así que City Bell me gustó mucho", recuerda Alfonso Marcellini en una entrevista de 1997, que bien podría ser el testimonio de no pocas familias de las que llegaron a City Bell en busca de un mejor clima para la salud familiar. Lo tomamos al azar, de nuestro archivo de entrevistas, y aquí está.

Plot: City Bell es la familia

Alfredo Plot, además de pertenecer a una de las tradicionales familias citybellenses, es el pintor que plasmó escenas de la vida local en el mural del predio ferial ubicado frente a la plaza San Martín. Así reflexionaba para un reportaje:
"Para mí City Bell es la familia y eso está en el mural. Hay un grupo de nenes junto a una casa, es bastante fuerte que en el centro del mural hay una figura de una nena con la madre. Para mí City Bell es el lugar paterno y materno y siempre me va a generar esa sensación... City Bell es también un lugar recreativo. Lo recuerdo como un lugar donde nací y pasé mi infancia y adolescencia, pero al mismo tiempo lo considero un espacio recreativo más que productivo".


Un fragmento de su arte mural.


Etchevarne: "No sé qué tiene, pero no lo cambio por nada"

Adolfo Ernesto Etchevarne fue uno de los personajes más conocidos de City Bell. Por años fue el enfermero que recorrió el pueblo llevando alivio y esperanza al enfermo. El solidario, el bromista. De su recuerdo (falleció durante 2003) rescatamos algunos pensamientos referidos a City Bell, recogidos en oportunidad del último reportaje que pudimos hacerle, en 2001.

De su Entre Ríos natal, "vine a terminar el bachillerato en el Esquiú de City Bell, en la época de los tranvías. Soy de la tercera promoción, recibidos en el 1965. Estoy en City Bell desde 1962. Yo lo quiero a este pueblo. Cuando Raquel (su esposa) quedó embarazada, yo quería que los chicos nacieran en City Bell (...) Ahora me duele que la clínica no tenga internación y no puedan nacer más los chicos en City Bell. Yo lo quiero mucho a City Bell. No sé qué tiene, pero no lo cambio por nada. Tengo muchos afectos acá, mucha gente querida. Un día me preguntaron qué era la felicidad. Y dije que para mí la felicidad es saberme querido y querer yo mucho a la gente. Nada más. Lo que pasa es que uno lo hace para que se cure el paciente. Dicen que soy la persona que más colas conoce en City Bell y alrededores", bromeaba.


Adolfo Etchevarne: citybellino por convicción

Norma Castovinci: Pic-nic en el Cuartel

Norma Castrovinci vive sobre la calle 9 y a pocos metros del Camino General Belgrano, en una casa "que pertenecía a Calliari y Pérez Duprat" y que su padre Carlos lograría comprarla recién en 1962. Pero lo curioso es que su construcción primitiva data de 1910, centenario de la Revolución de Mayo, y su primer propietario habría sido un señor de apellido Bigoglio. La casa ha sufrido reformas y en nada se parece ya ni siquiera a las primeras construcciones "oficiales" de la fundación de City Bell.
Don Carlos Castrovinci -asegura su hija- fue el primer vecino con el que tuvo contacto el padre José Dardi cuando puso un pie el City Bell, hacia 1958. "Mi papá trabajaba en la quinta que estaba en frente de la iglesia. Y como los dos eran italianos, se entendieron enseguida, aunque mi papá no era creyente", recuerda.
Norma recuerda que cuando era chica solían ir a pasear a La Plata, adonde era de rigor ir en tren y hacer un viaje en tranvía o en el "Autorriel", o simplemente iban y venían hasta Villa Elisa por el camino Belgrano, caminando como si lo hicieran por una plaza: tan escaso era el tránsito por entonces. Y agrega un recuerdo más de su infancia, cuando iba a la Escuela 12: "Para la fiesta de la primavera, nos llevaban de pic-nic adonde está el cuartel. Y me acuerdo que en la puerta de la escuela había siempre un policía negro mota que era muy bueno".